Por: Claire de Mézerville López
Las preguntas restaurativas, tradicionalmente utilizadas para enfrentar incidentes, pueden ser de gran utilidad para fortalecer sentido de pertenencia, alentar buenas prácticas y establecer planes de trabajo.
Las preguntas restaurativas son las siguientes:
Preguntas para la persona que causó el daño:
- ¿Qué pasó?
- ¿Qué estaba pensando en ese momento?
- ¿Qué ha pensado desde entonces?
- ¿Quiénes se vieron afectados por este incidente y de qué manera?
- ¿Qué necesita suceder para que las cosas queden bien?
Preguntas para la persona que se sintió dañada:
- ¿Qué pensó cuando se dio cuenta de lo sucedido?
- ¿Qué impacto tuvo este incidente sobre usted y sobre otras personas?
- ¿Qué ha sido lo más difícil para usted?
- ¿Qué necesita suceder para que las cosas queden bien?
Las prácticas restaurativas se proponen como acciones que, en un 80% de las iniciativas, deben ser proactivas y dirigidas a fortalecer el entretejido comunitario, mientras que solo un 20% de las intervenciones se enfoquen en dar respuesta a conflictos e incidentes (IIRP, 2019). En el ambiente escolar, las prácticas restaurativas pueden ser una herramienta valiosa para mejorar el clima escolar, dar mayor sentido de pertenencia al estudiantado y generar un ambiente de corresponsabilidad en la participación de las personas menores de edad.
Las preguntas restaurativas no son la excepción y pueden aplicarse de manera proactiva, tanto para situaciones académicas como para situaciones afectivas. El elemento principal es el manejo de una temporalidad que va del pasado al presente al futuro, en una estructura que permite la expresión de emociones y experiencias, a la vez que se orienta a la solución de problemas.
A continuación algunos ejemplos que pueden realizarse, ya sea en círculos de grupos pequeños en el aula, en supervisión con la persona docente o pidiéndole al grupo que llene una hoja de trabajo:
Situación Académica: Elaborar un plan de trabajo.
Preguntas para planear con base en experiencias:
- ¿Qué cosas hemos hecho bien en proyectos anteriores?
- ¿Qué pensamientos y emociones recordamos de ese momento?
- ¿Cómo fue la experiencia personal de cada estudiante en ese proceso?
- ¿Qué pensamos ahora sobre cómo hemos trabajado antes?
- ¿Qué necesita suceder para que el proyecto actual funcione de la mejor manera?
Preguntas para establecer el plan de trabajo actual:
- ¿Qué pensamos sobre lo que tenemos que hacer para esta asignación?
- ¿Qué de esta temática o de este trabajo es llamativo o interesante para mí?
- ¿Qué considero especialmente desafiante de esta tarea?
- ¿Qué necesita suceder para que este equipo de trabajo funcione de manera satisfactoria para todos?
Situación Afectiva: Ofrecer retroalimentación positiva
En este formato, la persona docente ofrece retroalimentación positiva sobre un comportamiento que tuvo un impacto positivo sobre la persona misma u otras personas (por ejemplo, una mejora significativa en las calificaciones, ayuda a estudiantes rezagados, conducta prosocial, etc.).. Se sigue la misma estructura.
Preguntas para la persona que impactó positivamente a otras personas:
- ¿Qué pasó? ¿Qué le motivó a actuar?
- ¿Qué estaba pensando en ese momento?
- ¿Qué ha pensado desde entonces?
- ¿Quiénes se vieron beneficiados por este incidente y de qué manera?
- ¿Qué necesita suceder para poder mantener este comportamiento positivo a través del tiempo?
Preguntas para la persona que se benefició del buen comportamiento:
- ¿Qué pensó cuando se dio cuenta de lo sucedido?
- ¿Qué impacto tuvo este incidente sobre usted y sobre otras personas?
- ¿Qué ha sido lo más importante para usted?
- ¿Cómo le gustaría responder a esto bueno que sucedió?
Más allá de seguir una fórmula, el abrir diálogos restaurativos con el uso de estas preguntas necesita convertirse en una práctica que genere conciencia y empoderamiento en las personas. Este proceso no debe ser reactivo, sino propositivo y promotor de esperanza y corresponsabilidad con respecto a nuestro lugar en la comunidad.