Por: Manuel Alfonso Delgado Chu
Una organización que trabaja proyectos sociales en diversas partes del Perú me pidió como consultor, formar un equipo de facilitadores en herramientas de participación social y desarrollo personal, para que se encarguen del acompañamiento de las diversas comunidades con las cuales trabajan. Esta organización apoya a las comunidades con la idea de: “la ayuda para la autoayuda”, promoviendo microemprendimientos, pero sobre todo tratando de que se empoderen de sus problemas y asuman liderazgo en sus comunidades para que tengan más participación en la vida social, política y económica de sus regiones, esta organización.
Capacite cuatro jóvenes profesionales en diversas metodologías, pero como herramienta principal, nos enfocamos en la facilitación de Círculos Restaurativos.
Visitamos primero Otuzco, sierra de La Libertad, que está a 2641 metros sobre el nivel del mar, en vocablo maya, quechua, aymara o yunga, significa “pueblo temeroso”, aquí la mayoría de las familias viven del campo y de la crianza de animales menores. De ahí pasamos a Piura para visitar Chulucanas, de clima desértico, conocida como la tierra de los Tallanes (etnia prehispánica), la gente vive del campo, de la crianza de aves o de microemprendimiento como los Chifles (plátanos fritos como snacks), aunque falta mucha agua. De ahí volvimos a subir al ande a 2600 metros sobre el nivel del mar a la ciudad de Cajamarca, para de ahí ir a Bambamarca la tierra de los Q’orimarcas, cultura prehispánica que se asentó en esta ciudad, las familias viven del campo y de la crianza de animales menores especialmente del cuy, pero también han desarrollado microemprendimientos con la confección de textiles y elaboración de cerámicas. Finalmente llegamos a la Selva, Iquitos, la única manera directa de llegar a esta parte del Perú es por avión, de ahí a la ciudad de Nauta, donde visitamos a las comunidades de las riveras del rio Marañón y Ucayali, antes de confluir y formar el Amazonas, las personas viven de sus tierras y del rio, han desarrolla la artesanía a base de la Chambira, que es una planta que después de procesarla permite tejer y hacer diversas artesanías.
Durante este proceso se facilitaron cerca de cien círculos que permitieron conocer las necesidades de las diversas comunidades, además de que conocieran al equipo de acompañamiento. Se identificaron a los líderes y se realizó el diagnóstico situacional de cada una de estas comunidades.
En lo personal toda esta experiencia ha sido muy gratificante, mi labor fue retroalimentar a estos jóvenes, acompañarlos, modelar algunos círculos, afinar sus preguntas y que se identifiquen con el proyecto.
El comentario que resuena en mi cabeza después de haber escuchado todos los círculos realizados es cómo todas estas sencillas personas, valoraban la posibilidad de tener la voz en el círculo y de sentirse escuchados por los demás y que ellos iban hacer lo mismo usando la pelotita. Estaban acostumbrados a que solo hablen unas cuantas personas y les llamaba la atención que todos habían hablado.
Nuestro objetivo final es que todas estas comunidades utilicen los círculos restaurativos, que aprendan a facilitar los mismos como una forma de empoderar y desarrollar liderazgo en las personas, proceso en el cual nos encontramos en este momento.